recomendaría a todos este lugar for una escapada,

acogedora habitación, amable anfitrión, me encantó que estaba cerca de la playa, lo que hizo fácil disfrutar del mar, y la cocina compartida me permitió preparar mis comidas con comodidad.

Todo cumplió con mis expectativas.

Recomiendo llevar repelente para insectos, ya que había algunos bichitos en el área. Además, la ubicación te permite disfrutar de la playa rápidamente.

Me encantó mi estancia! La habitación era acogedora y las instalaciones muy limpias, además hay una cocina bien equipada para preparar comidas. La hospitalidad de Carlos destaca, siempre ayudando con recomendaciones y asegurándose de que te sientas como en casa. La ubicación es ideal, cerca de la playa sin el bullicio del centro, proporcionando un ambiente tranquilo y relajante. ¡Recomendable!

La cercanía a la playa es un gran plus.

Lamentablemente, la experiencia fue decepcionante. La habitación era más pequeña de lo que esperaba y no cumplía con las fotografías que mostraban en la página. Además, el ruido de la construcción cercana fue extremadamente molesto, lo que arruinó la oportunidad de disfrutar del ambiente relajado que tanto deseaba.

- Vistas espectaculares
- Tranquilidad total
- Aire acondicionado efectivo

- Habitación pequeña
- Ruido de construcción
- Presión de agua baja

una experiencia de desconexión pura con vistas espectaculares y cocina bien equipada para disfrutar de la gastronomía local

La Aldea es un lugar increíble, con espléndidas vistas desde el balcón. El aire acondicionado es un salvavidas en los días calurosos, y Carlos es su anfitrión perfecto.

las vistas desde el balcón son espectaculares. la presion del agua en la ducha es baja.

La Aldea Zipolite ofrece un oasis de tranquilidad con vistas hermosas. La ubicación es conveniente, cerca de la playa y con una cocina compartida muy útil. Sin embargo, el acceso puede ser complicado debido a las escaleras y la presión del agua en la ducha es baja.

una experiencia acogedora pero con oportunidades de mejora

La cercanía a la playa es realmente conveniente, ya que puedes disfrutar del mar sin tener que caminar mucho. Además, la hospitalidad de Carlos es excepcional, siempre dispuesto a ofrecer recomendaciones útiles y asegurarse de que te sientas en casa. La cocina compartida fue una gran ventaja, permitiéndome preparar mis propias comidas con facilidad.

Sin embargo, el ruido de la construcción cercana fue bastante molesto durante mi estancia.

Vistas espectaculares desde el balcón, tranquilidad total con aire acondicionado ideal para el calor. Carlos, un genio, siempre dispuesto a ayudar y dar recomendaciones. La cercanía a la playa es un lujo, aunque hay bichitos que picaban, no hay drama. Recomendable.

Las vistas desde el balcón son increíbles y la cocina compartida está muy bien equipada. ¡Disfruté relajarme en la hamaca!

me sentí al seguro, no tengo ninguna queja

un lugar perfecto para desconectar. hermosas vistas desde el balcón y un baño bien decorado. el entorno es tranquilo, ideal para relajarse y disfrutar del aire fresco, además, el anfitrión te ayuda con consejos sobre lugares locales. 🌅

presión del agua mejorable 💧.

La estancia en La Aldea fue interesante. Me gustó mucho la hospitalidad de Carlos, siempre dispuesto a ayudar. La cercanía a la playa es ideal. no tienes que caminar mucho para disfrutar del mar, lo cual es un gran plus. La habitación era pequeña, aunque tenía lo básico que necesitaba. Además, poder usar la cocina compartida fue muy conveniente, ya que me permitió preparar mis comidas. Sin embargo, noté que el ruido de la construcción cercana era bastante molesto, sobre todo al despertar. Eso arruinó un poco la experiencia, ya que no pude disfrutar plenamente del ambiente relajado que esperaba. La calidad de la habitación podría mejorar, especialmente en lo que respecta al espacio y las fotografías que prometen más de lo que realmente ofrece. En general, es un lugar con potencial, pero necesita abordar estas cuestiones para ser más cómodo.

Los fideos hechos a mano en Entropioa son simplemente divinos! Comí como un rey, el sabor de la cocina local te lleva al cielo. Además, la hospitalidad de Carlos es un regalo, siempre dispuesto con consejos y ayudando a subir las maletas por esas escaleras. La cercanía a la playa es un plus, no tendrás que caminar mucho para disfrutar del mar.

Y ni hablar de las escaleras, ¡75 escalones hasta la habitación! Al final tuvimos que buscar otro lugar porque no era apto para mayores. Menos mal que encontramos un sitio mejor, más cómodo y a mejor precio.